Escenarios y desafíos de los futuros del trabajo

Una mirada hacia los futuros posibles

“Determinar el propio destino implica dos cosas: la pronta aceptación de una responsabilidad sobre el futuro y del deber de hacer una elección”.


Prognostics: A science in the making surveys and creates the future, Frederik Lodewijk Polak

En junio del año 2019, un nuevo ejecutivo, que asumía la conducción de una de nuestras empresas cliente, nos pidió ayuda con sus desafíos de reestructuración organizacional. Necesitaba gente con habilidades en el área digital y de administración, al tiempo que debía bajar dotaciones en áreas que se encontraban en proceso de automatización. Nuestra propuesta más ágil incluía un bootcamp interno con resultados en 10 meses. Lo que en nuestra oficina sonaba como una respuesta moderna y veloz, a los ojos de nuestro cliente era simplemente absurdo. 

También en 2019 lanzamos el primer estudio que buscaba dar cuenta del estado de la Confianza al interior de las organizaciones de nuestro país. Al año y medio de investigación, le sumamos sólo tres meses de impecable trabajo en terreno para llegar a una muestra representativa. Al momento de lanzarlo, coincidimos con el estallido social. Llegamos con la foto del día antes, para describir algo que ya no existía.

A inicios de 2020 terminamos el informe final de la Encuesta Nacional de Demanda Laboral (ENADEL). Con una muestra calculada por el INE, los observatorios regionales aplicaron un instrumento estandarizado para conseguir una radiografía de las ocupaciones escasas en todo el país. Una excelente fotografía de un mercado del trabajo que dejó de existir antes de lanzar el informe, en el momento que se declaró la pandemia de Covid-19.

¿La buena noticia? Logramos obtener los primeros informes del proyecto SABE, un sistema que en base a data de plataformas de intermediación de empleo daba cuenta de la cantidad de vacantes buscadas día a día, que nos permitió una imagen viva del cambio inédito que vivíamos. 

¿La mala? Podíamos ver en vivo cómo las empresas buscaban un imposible: personas con habilidades digitales emergentes, pero con 5 años de experiencia.

Vivíamos con la sensación de falla en el tiempo, de error de la Matrix. Empezamos a repetir conversaciones sobre vivir momentos históricos, una forma colectiva de nombrar la ocurrencia de eventos que no logramos anticipar, pero sabíamos, a ciencia cierta, que marcaban un quiebre en la historia y en lo que venía.

Aquello que entendíamos como buena investigación, las mejores y más confiables encuestas y la instalación de agilidad en los procesos de formación, ya no era suficiente para dar cuenta de la transformación que vivíamos. 

Llegamos al convencimiento de que necesitábamos entender el futuro de la empresa si queríamos ser oportunos en nuestras propuestas.

Con ese objetivo hicimos dos movimientos: el primero, buscando en las antiguas prácticas de la humanidad y, el segundo, centrado en las nuevas metodologías.

Nuestro primer paso fue convocar un consejo de sabios para llamarlos a la reflexión colectiva. Así nació nuestro Consejo Futuro del Trabajo, un grupo de personas generosas y con roles expertos en la dirección de gremios y empresas que acudieron al llamado para ayudarnos a identificar desafíos que pudieran impactar en el mundo del trabajo.

Con nuestro segundo movimiento intentamos generar una metodología para observar tendencias emergentes que nos dieran pistas del futuro, con la intención de construir un observatorio permanente. Durante meses trabajamos en tratar de darle forma, sin embargo, no llegamos a ningún puerto. Generamos puntos de observación que finalmente ofrecían interesantes descripciones, pero que no terminaban de arrojar una mirada de mediano y largo plazo sobre los cambios.

Del fracaso surgió la reflexión: ni los sabios solos, ni la metodología sin sabiduría.

Volvimos a investigar sobre las metodologías existentes para comprender los posibles futuros y, de la mano de Daniel San Martín, aprendimos a pensar en futuros. Con ello, las posibilidades volvieron a surgir con fuerza al apostar, como siempre, a la colaboración.

Así nació la idea que aquí se concreta. 

Necesitábamos un ejercicio de proyección que, sin caer en ilusiones predictivas, nos permitiera identificar los grandes drivers y tendencias que incidirán en los nuevos escenarios del mundo laboral.

Con este objetivo, a fines de 2024 iniciamos el proyecto “Escenarios y desafíos de los futuros del trabajo”, una experiencia basada en el uso de herramientas del Foresight Estratégico, una disciplina que propone pensar el futuro de forma sistemática para mejorar las decisiones presentes. 

Estructuramos este proceso en cinco etapas, comenzando con una investigación sobre drivers del cambio, seguida de talleres colaborativos con integrantes del Consejo Futuro del Trabajo y otros actores relevantes del mundo privado, culminando con la construcción, priorización y documentación de escenarios futuros.

Esta metodología permitió la creación colectiva de nuevas ideas, juntando las visiones de invitados expertos y los miembros del Consejo Futuro del Trabajo en reflexiones sobre las implicancias de los cambios propuestos y sus efectos. 

A partir de los hallazgos generados en base a la discusión de investigaciones previas, construimos 35 escenarios distintos, los cuales fueron evaluados y priorizados según su relevancia.

Este estudio resume esa experiencia extraordinaria, con la convicción de que, aunque es imposible predecir el futuro, explorar escenarios posibles tiene un enorme valor: nos permite identificar señales que pueden actuar como guías.

En estos años, hemos visto cómo muchos proyectos no logran transitar con éxito desde la idea hasta su realización. Pero hay ocasiones excepcionales -como esta- en que el resultado supera con creces lo imaginado.

De esta forma, estás a punto de sumergirte en una investigación que cumple plenamente con los objetivos que nos propusimos y cuyo proceso de creación ha superado todo lo planificado.

Tuvimos el privilegio de pensar colectivamente con personas a quienes admiramos profundamente: nuestro consejo asesor y un grupo de invitados excepcionales. Personas que cada día enfrentan el presente con la intención clara de construir futuro y que, con enorme generosidad, dedicaron tiempo y conocimiento a este trabajo colaborativo.

Daniel San Martín es un gran facilitador de metodologías para el diseño de futuros posibles y un compañero generoso con quien ha sido un placer conversar, reflexionar, investigar, diseñar y escribir.

Tengo la fortuna de trabajar con el equipo que siempre soñé. Cada persona aportó algo único y valioso para que hoy tengamos frente a nosotros un mapa que logra describir la complejidad de los futuros del trabajo. Un mapa que, esperamos, no sólo informe, sino que te invite a enamorarte de sus posibilidades y a sumarte activamente a su construcción desde este presente compartido.

Natalia Lidijover
Directora ejecutiva Futuro del Trabajo SOFOFA Capital Humano
Gerenta general OTIC SOFOFA